Yo que no se sostenerme sobre el alma para ver el cielo por arriba del mundo... tengo esta costumbre de desprenderme a la fuerza de mi misma, y soltarme por encima de todo, usar mi cuerpo de escalera para llegar al árbol y convertirme en pajaro y luego despertar o dormir, o soñar o ser libre, o probar un pequeño bocado de felicidad pura. No se para que son estas palabras, ni porque los colores que me manchan las manos, sobre el piso de mi casa se levantan las raices, hay algo mas profundo que nosotros mismos latiendo en nuestro interior, y sin querer se destruyen las paredes, sin querer el techo cae vencido, y alla, tan fria y radiante la noche muestra los dientes de la luna. Aqui mientras todo lo posible no sucede, me quedo mirando una niña dormida, medito sobre sus sueños y me siento mejor.
Acrílico sobre madera
100 x 80.
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